domingo, 28 de septiembre de 2025

🌟 De las tareas aisladas… a las que de verdad transforman el aprendizaje 🌟

 Buenas noches 🌙

El otro día, después de compartir un artículo de Julián Palazón, varias personas me escribisteis con preguntas, dudas y reflexiones. Y pensé: explicar todo esto en redes no es fácil… pero voy a intentarlo de la manera más sencilla y honesta posible.

Lo primero: no se trata de criticar ni de señalar a nadie. Al contrario. Muchas de estas actividades aisladas las hemos hecho todos en algún momento (yo también 🙋‍♀️). La cuestión ahora es mirar hacia adelante y preguntarnos con calma:


¿qué es lo que realmente ayuda a nuestros niños a aprender?, ¿qué actividades se traducen en avances reales en lectura, escritura, matemáticas o lenguaje oral?

Y es que, aunque algunas prácticas puedan parecer útiles, en realidad se quedan cortas. Imagina, por ejemplo, pedir a un niño con dislexia que repita series de números cada vez más largas. Puede que llegue a hacerlo muy bien… pero la verdad es que eso no significa que vaya a leer mejor. Lo mismo ocurre con ejercicios de nombrar dibujos lo más rápido posible, soplar globos para “mejorar el habla”, marcar letras escondidas en hojas interminables o hacer laberintos para “entrenar la escritura”. Sí, se gana algo de destreza en esa tarea concreta, pero ahí se queda. No se transfiere al aprendizaje real que necesitamos. Es como entrenar a correr en línea recta: serás más veloz, pero eso no te convierte automáticamente en un buen bailarín.

En cambio, hay prácticas que sí tienen un impacto directo y duradero. Si queremos que un niño lea, necesitamos que lea: juegos de conciencia fonológica, lectura repetida de frases, enseñanza clara de la relación entre letras y sonidos. Si queremos que escriba, que escriba: listas, carteles, frases sencillas, trazado de letras explicado paso a paso. Si queremos que avance en matemáticas, no basta con juegos de lateralidad; lo que funciona es contar objetos, descomponer números, resolver problemas cotidianos. Y si lo que buscamos es mejorar el lenguaje, más que soplar velas, necesitamos trabajar vocabulario funcional, describir imágenes, conversar con apoyos visuales o pictogramas.

Al final, lo importante es que la práctica se parezca a la habilidad que queremos mejorar. Que leer sea leer, que escribir sea escribir, que hablar sea hablar. Con apoyos, con estructura, con mucha repetición… pero siempre con sentido.

Y eso es lo que de verdad transforma. Porque todos queremos lo mismo: que nuestros niños avancen, crezcan y se sientan capaces.

💜 Aprendemos, mejoramos y seguimos caminando juntos.

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